domingo, 15 de enero de 2012

La historia de Omm Seti

Fuente: http://villanuevarebanal.wordpress.com/2005/08/26/la-historia-de-omm-seti/

La historia de Dorothy Eady, más conocida como Omm seti,(1904-1981) es una de las más increíbles dentro de la egiptología. Esta inglesa fue una de las persona más importantes dentro de la egiptología, eso sí, sus métodos no fueron de los mas tradicionales como veremos a continuación, pero gracias a ella hoy podemos disfrutar y admirar la reconstrucción total del templo de Abydos.


Cuando tenía tres años Dorothy cayó por las escaleras de su casa en Londres y rápidamente acudió un médico el cual después de reconocerla no le quedó mas remedio que firmar el fallecimiento.

Sus padres se vinieron abajo y después de tumbarla en su cama el médico se fue a atenderlos al salón y según cuentan las crónicas después de una hora el médico regresó la habitación donde se encontró a la pequeña jugando encima de la cama, como si nada hubiese pasado. Según contó muchos años después alguien había regresado del pasado para revivirla.

Un año después del accidente, comenzó a tener extraños sueños sobre un edificio lleno de columnas y con un jardín repleto de árboles frutales. Esto hacía que siempre les gritara a sus padres que quería volver a casa y claro, ellos desconcertados no sabían qué hacer pues no sabían de qué hablaba y ella tampoco daba muchos detalles ya que no sabía tampoco lo que veía. Total, una locura.

Cierto día que sus padres la llevaron al Museo Británico, ocurrió algo increíble al entrar a la enorme sala egipcia. Echó a correr y empezó a besar los pies de todas las estatuas que allí se encontraban. Sus padres no daban crédito a lo que veían, no entendían el porqué de ese afecto por aquellas estatuas.

La respuesta no tardó en llegar, una mañana su padre dejó un periódico local encima de una mesa y Dorothy, que pasaba por allí, se quedó mirando fijamente la fotografía de la casa que ella veía en sus sueños y ésta no era otra que el templo de Osiris en Abydos. Antaño rodeado de jardines y estanques.

Todo el puzzle se iba armando pero todavía quedaba alguna pieza por montar.

Cuando cumplió 14 años una noche se le apareció en su habitación una figura con una capa, que ella enseguida reconoció; era ni más ni menos que el faraón Seti I, el constructor de Abydos, ”su casa”.

Después de todo esto, los acontecimientos se precipitaron. Dorothy, en las noches de luna llena, empezó a recibir mensajes en escritura automática, donde empezó a comprender su auténtica realidad. Estos mensajes estaban redactados con escritura jeroglífica.

Por medio de los mensajes descubrió que en otra vida fue una joven llamada Bentreshyt y había crecido desde los 3 años en el templo de Abydos. Fue dejada allí por su padre, un militar, incapaz de hacerse cargo de la niña después de que su madre, una modesta vendedora de fruta, falleciera.

A los 29 años embarcó hacia Egipto, en busca de su pasado y con la idea de resolver sus dudas interiores. En 1933 llegó a Port Said donde tomó un tren hacia el Cairo y, salvo en un par de ocasiones, nunca volvió a dejar su tierra de adopción.

Asentada en Gizeh durante 20 años, se casó con Iman Abd El Megid. Con él tuvo un hijo llamado Seti, lo que hizo que todo el mundo la llamara Omm Seti “la madre de Seti”.

En los años que estuvo en Gizeh participó en varias excavaciones, realizando publicaciones de monumentos que arqueólogos como Selim Asan o Ahmed Fakhry publicaron como propios, relegándola a un segundo plano.

Es muy curioso porque aunque ella sabía que la clave de su vida estaba a unos cientos de kilómetros de allí, en Abydos, no se trasladó allí hasta 1952.

En Abydos vivió en una modesta casa de adobe, separada de su esposo y olvidada por su hijo, rodeada de unos gatos un burro y una oca.

Vivió como lo hicieron sus antepasados, con sus ritos y profesando la religión de Osiris, viviendo sus fiestas y realizando ofrendas, todo igual. Su excepcional conocimiento de la lengua jeroglífica le sirvió para introducirse en los Textos de las Pirámides o en el Libro de los Muertos.

A lo largo de su vida fueron numerosas las ocasiones en las que tuvo la oportunidad de encontrarse con el faraón Seti I, llegando incluso a realizar el acto sexual.



Gracias a Omm Seti, hoy en día podemos ver Abydos reconstruido. Ayudada de los numerosos viajes astrales que realizó, en los que dejaba volar fuera de su cuerpo el "akh", término que empleaban los egipcios para llamar al astral, esta mujer pudo reconstruir con paciencia los 2.000 bloques de relieves que hasta llegar ella, permanecían desparramados por el suelo del templo a la intemperie.

Dejó preparado su funeral con mucha antelación, como los antiguos egipcios. Ella quiso que se la enterrara en el patio de su casa. No pudo ser así por problemas burocráticos pero Egipto, apoyado por toda la comunidad egiptóloga, la cual siempre admiró a esta mujer, le otorgó un lugar de honor en el occidente al lado del templo que fue su casa, para que pudiese seguir los rayos del sol al atardecer. Y hasta aquí la historia de esta increíble mujer. Yo os rogaría que si alguno tuviese el libro que existe sobre ella “La reencarnación de Omm Seti” de J.W.Cott me lo hiciese saber. Muy agradecido.
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(Más información sobre Dorothy Eady en la Wikipedia en español.)

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